Mensaje de Monseñor Oscar Aparicio
OBISPO AUXILIAR DE LA PAZ
Muy queridos hermanos y hermanas:
Como bien sabemos, hoy, iniciamos el Adviento como preparación al gran acontecimiento de la Natividad del Niño Jesús. Tiempo de gracia, de conversión. Tiempo de mantenernos despiertos y atentos a lo que el Señor nos trae con su venida.
Creo que es importante, en este tiempo, ponernos en la actitud del que espera con confianza, de aquel que emprende el camino seguro de que su Dios es quien lo guía. Pese a los momentos difíciles que nos toca vivir, pese a que las situaciones de confrontación y violencia entre nosotros se han agudizado mucho más; se hace imprescindiblemente necesario levantar nuestra cabeza y mirar a aquel que VIENE.
“Ven Señor, ven a Salvarnos”. Esta debería ser nuestra aclamación constante, porque únicamente apoyándonos en Dios-Padre este Niño puede nacer en nosotros, un Niño despojado de todo, pero que lo renueva todo. Se trata de un acontecimiento trascendental que también a nosotros nos llama a ser como ÉL, es decir, despojados de egoísmos, revanchismos y sectarismos, hechos éstos, que solo desembocan en violencias injustificadas, o sea, de todo aquello que nos hace mal.
Adviento-Navidad nos da la posibilidad de ser pesebre viviente, permitiendo que este Niño nazca, en primer lugar, en nuestros corazones, para luego y a través de nosotros, nazca en nuestras familias y en nuestra sociedad necesitada de amor y de paz.
Que Dios les bendiga, les conceda un fructífero Adviento y una Navidad llena de esperanza y paz.
+Mons. Oscar Aparicio C.
Obispo Auxiliar de La Paz
OBISPO AUXILIAR DE LA PAZ
Muy queridos hermanos y hermanas:
Como bien sabemos, hoy, iniciamos el Adviento como preparación al gran acontecimiento de la Natividad del Niño Jesús. Tiempo de gracia, de conversión. Tiempo de mantenernos despiertos y atentos a lo que el Señor nos trae con su venida.
Creo que es importante, en este tiempo, ponernos en la actitud del que espera con confianza, de aquel que emprende el camino seguro de que su Dios es quien lo guía. Pese a los momentos difíciles que nos toca vivir, pese a que las situaciones de confrontación y violencia entre nosotros se han agudizado mucho más; se hace imprescindiblemente necesario levantar nuestra cabeza y mirar a aquel que VIENE.
“Ven Señor, ven a Salvarnos”. Esta debería ser nuestra aclamación constante, porque únicamente apoyándonos en Dios-Padre este Niño puede nacer en nosotros, un Niño despojado de todo, pero que lo renueva todo. Se trata de un acontecimiento trascendental que también a nosotros nos llama a ser como ÉL, es decir, despojados de egoísmos, revanchismos y sectarismos, hechos éstos, que solo desembocan en violencias injustificadas, o sea, de todo aquello que nos hace mal.
Adviento-Navidad nos da la posibilidad de ser pesebre viviente, permitiendo que este Niño nazca, en primer lugar, en nuestros corazones, para luego y a través de nosotros, nazca en nuestras familias y en nuestra sociedad necesitada de amor y de paz.
Que Dios les bendiga, les conceda un fructífero Adviento y una Navidad llena de esperanza y paz.
+Mons. Oscar Aparicio C.
Obispo Auxiliar de La Paz
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